201704 Nietzsche: nihilismo, genealogía de la moral y voluntad de poder

Datos sobre el curso de Nietzsche:
Hora y día: viernes, de 6pm a 9 pm, hora de Guatemala -6 GMT. Empieza el viernes 6 de octubre de 2017, 9 sesiones semanales más examen final.
Carga: 2 UMA (30 horas lectivas). Q. 3,400 más costos administrativos que apliquen para cada uno.
Validez: Curso troncal o libre para todos los alumnos de Filosofía, de libre elección para cualquier persona interesada, curse o no otros programas de estudios
Modalidad: en línea sincrónico, con aula virtual y campus virtual (sitio privado para el curso).
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Presentación del curso
1.- En Nietzsche hay un cambio de actitud, una especie de inversión, del pensamiento de su admirado Schopenhauer. La obra de Schopenhauer es una obra fundamentalmente pesimista. En definitiva -además de unas raíces de hedonismo- es la abolición de la voluntad de vivir, es la manera de evitar el sufrimiento… Toda esa actitud de Schopenhauer es invertida en cierto modo por Nietzsche. Nietzsche afirma lo que él llama los valores vitales. Los valores de exaltación de la vida, una actitud triunfalista, una actitud de dominio y de plenitud. Pero -al mismo tiempo- esto tampoco es enteramente así. Porque hay un concepto capital en el pensamiento de Nietzsche que es lo que él llama Umwertung alle Werte la transmutación o transvaloración de todos los valores. Hay por tanto una voluntad de renovar las estimaciones dominantes y vigentes, y es lo que llama transmutación o -más literalmente- transvaloración de todos los valores. Como se ve hay una voluntad de renovación, de transformación, de cambio de sentido en la marcha de las ideas y en la visión general de la vida.
La preocupación de Nietzsche giró, en un principio en torno al nihilismo (decadencia, disolución de los valores originales) cada vez más avasallador; los hombres llegarían al pesimismo sobre la vida y, siguiendo a Schopenhauer renunciarían a ella.
Hay algo, que, según Nietzsche caracteriza a todos los hombres, y ello es el impulso a dominar. Toda voluntad es voluntad de poderío, de apropiación.
Este impulso alrededor del que gira la naturaleza del hombre, es de la voluntad de poder. Los individuos que poseen más – voluntad- poderío vencen y sojuzgan (someten) a los que poseen menos. Los fuertes – en este estado natural- dominan a los débiles y los débiles experimentan el amargo resentimiento de su inferioridad.
Hay, por otra parte una crítica del cristianismo, desde el punto de vista de lo que él llama «el resentimiento». El resentimiento es un concepto muy importante en Nietzsche y él cree que el cristianismo es una actitud resentida: es la actitud del hombre que es débil y acaba por aceptar la sumisión, la debilidad o la piedad; que aspira a una especie de aceptación de los fuertes. Y esto hace que él vea el cristianismo como una forma de resentimiento.
2.- Como ven ustedes en el fondo de la actitud de Nietzsche late un equívoco: porque él ve el cristianismo desde las formas sociales vigentes en la segunda mitad el siglo XIX. Formas que están ligadas a una serie de concepciones que no son propiamente morales -ni, por supuesto, religiosas- sino más bien sociales o políticas. Consideren por ejemplo la democracia. La democracia es una tendencia igualitaria, que no afirma al gran hombre poderoso, enérgico, afirmativo, creador, sino que supone una igualdad y supone que hay una especie de normas en las cuales todos tienen derecho, es aceptable cualquier forma de vida, por ejemplo lo que él llamará la moral de los esclavos.
3.-Nietzsche – Freud y el problema de la mala conciencia.
La instancia que llamamos «conciencia moral» es un derivado del Superyo como lo es el ideal del Yo. Aun cuando Freud no lo propuso así, sería conveniente reservar este último término a nuestros ideales conscientes en su sentido positivo, mientras que el Superyo, al menos su parte inconsciente, se referiría más a su función negativa o condenatoria. Desde este punto de vista sería más correcto decir que el hombre es a la vez más moral y menos moral (impulsos reprimidos) de lo que él mismo se da cuenta. Tal apreciación quitaría al inconsciente el mal nombre del que ha gozado tanto tiempo. La conciencia misma según Freud es una función de la tensión existente entre el Yo y el Superyo, y su sensibilidad es una medida del grado de esa tensión (t. III, pág. 302).
Aquí vale la pena llamar la atención sobre una correspondencia realmente notable entre el concepto de Superyo y la exposición de Nietzsche sobre el origen de la «mala conciencia». Dice Nietzsche:
Todos los instintos que no encuentran un desahogo son un «volverse hacia adentro». Eso es lo que yo llamo una creciente «internalización» del hombre: de ahí surgió en el hombre el primer brote de lo que se llamó su alma. Todo el mundo interior del hombre se partió en dos cuando la descarga externa quedó obstruida. Estas terribles barreras de contención, con las que la organización social se protegió contra los viejos instintos de libertad los castigos pertenecen a esa barrera de contención trajo como resultado que todos esos instintos del hombre salvaje, libre, aventurero, se volvieran contra «el hombre mismo». La enemistad, la crueldad, el placer en la persecución, en las sorpresas, el cambio, la destrucción, el volverse estos instintos contra sus propios poseedores: esto fue el origen de la «mala conciencia». Fue el hombre quien faltándole enemigos y obstáculos externos, y aprisionado como estaba en la estrechez opresiva y la monotonía de la costumbre, en su propia impaciencia, lacerado, perseguido, corroído, perseguido y maltratado; fue este animal en manos de su domador que se golpeó contra los barrotes de su propia jaula; fue este ser quien languideciente, consumiéndose de nostalgia por esa vida de que había sido privado, se vio impulsado a crear desde las profundidades de su propio ser una aventura, una cámara de tortura, un azaroso y peligroso desierto; fue este loco, este prisionero lleno de nostalgia y desesperación quien inventó «la mala conciencia». Pero por este camino introdujo esta gravísima y siniestra enfermedad de la que la humanidad no se ha recuperado aún, el sufrimiento del hombre por culpa de la enfermedad llamada «hombre», como resultado de una violenta ruptura con su pasado animal, el resultado, por decirlo así, de zambullirse espasmódicamente en un nuevo ambiente y nuevas condiciones de existencia, el resultado de una declaración de guerra contra los viejos instintos, que hasta ese momento habían sido el sello de su poder, su alegría, su formidable grandeza» (La genealogía de la moral).
Objetivos
Objetivos Generales
- Analizar y discutir críticamente la obra y el pensamiento de Friedrich Nietzsche
- Dar cuenta de la teoría de Nietzsche en torno al surgimiento (génesis) de la moral en Occidente y el fenómeno de la transvaloración.
- Entender el fenómeno del Nihilismo desde la perspectiva de Nietzsche.
Objetivos Específicos:
- Analizar críticamente los fundamentos y alcances de la frase de Nietzsche: “Dios ha muerto” y discutir en torno a la crítica de Nietzsche a los valores cristianos
- Comprender la valoración que Nietzsche asigna al cuerpo y cómo este se convierte en argumento.
- Reconocer la importancia de Nietzsche como influencia en la conformación del pensamiento de diversos autores contemporáneos.
Contenidos
- El nacimiento de la tragedia: La música, de Schopenhauer a Wagner
- El eterno retorno de lo mismo
- El irracionalismo y los maestros de la sospecha: Nietzsche – Freud – Marx
- Schopenhauer – El Mundo como voluntad y representación
- El pesimismo metafísico. La vida como dolor; la voluntad torturada
- Antecedentes e influencia de Schopenhauer sobre Nietzsche.
- Schopenhauer y Nietzsche – De la voluntad de vivir a la voluntad de poder
- Nietzsche: la crítica “desenmascaradora” de la tradición filosófica occidental.
- Nietzsche; la ficción del sujeto y las seducciones de la gramática.
Catedrático, Dr. Adolfo Vásquez Rocca.
Adolfo Vásquez Rocca
Programa al que pertenece este curso:
Maestría en Filosofía (modalidad virtual)